¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE?
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Rep. Dominicana
Mar  
21
 2013
Es un juego de dos equipos en el que el equipo 1 intentará atravesar de un lado a otro evitando ser tocado por el equipo 2, mientras que el equipo 2, moviendose por las tuberías dibujadas con tiza en el asfalto tratará de impedirle el paso y lograr tocar a uno de los jugadores para cambiar los roles.
Preparación del juego: Se busca un espacio despejado de calle (50 mts aprox). Con tiza, yeso, o algo parecido se dibujan tubos de 1/2 metro de grosor aproximadamente que atraviesen la calle de acera a acera (un tubo por cada jugador en un equipo separados por 5 metros aprox), luego se dibuja otro tubo a lo largo en medio de la calle, que vaya desde el primer tubo hasta el último.
En la "cabeza" del Yun se dibuja un semi-círculo de 1/2 metro de radio aproximadamente que es donde el jugador que canta "yun" debe tener al menos 1 pié dentro al momento de cantar Yun.
Cada jugador del equipo que "defiende el yun" ocupa un tubo transversal a la calle con libertad de transitar por el tubo que le queda detrás (excepto el último jugador que cómo no lo queda tubo detrás no puede desocupar su tubo). Quien ocupa el primer tubo es quien inicia el juego cantando "¡Yun!", entonces el equipo que está fuera del yun trata de atravesarlo llegando hasta el final y volviendo hasta el inicio evitando ser tocado por alguno de quienes ocupan los tubos.
Se juega de al menos 4 jugadores (aumentando de dos en dos).
Este, junto a otros juegos como: La olla, trucano, el escondido, el topao, gavilán gato; han hecho de la infancia de muchos dominicanos un feliz recuerdo.
Ojalá haya quedado claro el juego :)
Mengano: "¡Hey, juguemos Yun! ¿qué creen?"
Perensejo: "Es que somos 7, alguien se quedará sin jugar."
Mengano: "¿Qué importa?"
Rep. Dominicana
Rep. Dominicana
Nació en la ciudad de Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, fueron sus padres Narciso Sánchez y Olaya Del Rosario.
Llegó a ser uno de los principales dirigentes de la Sociedad Secreta “La Trinitaria”. Participó en la creación del Manifiesto de los pueblos de la parte Este de la isla. Este documento fue dado a la luz el 16 de enero de 1844, está considerado como nuestra acta de Independencia. Trata sobre las causas de la separación de lo que hoy es la República Dominicana.
El 9 de junio 1844 los revolucionarios designaron a Sánchez presidente de la Junta. Poco después Pedro Santana, obligó a los Trinitarios a entregar el mando. Sánchez, al igual que Duarte, Mella y otros patriotas, fue declarado traidor a la patria y expulsado del país.
En Curazao, se entera Sánchez, del cruel asesinato de su tía María Trinidad Sánchez, en fecha 27 de febrero 1845 y de su hermano Andrés, por órdenes de Santana. En 1855 grupos interesados en deponer a Santana recurrieron a Sánchez en busca de apoyo.
Fracasada la conspiración nuestro patriota se exilia en Inglaterra.
En 1856, cuando se elige a Buenaventura Báez, como pre-sidente de la República, Sánchez, regresa al país y es nombrado comandante de armas de la capital. Pero el día 7 de julio de 1857 se produjo un movimiento revolucionario que culminó con el derrocamiento de Báez.
Exiliado en Saint Thomas, Sánchez, se entera de la anexión a España. Como no puede regresar legalmente al país, organiza una invasión entrando por Haití y en esa ocasión expresa:
“Entro por Haití porque nu puede hacerlo por otra parte, pero si alguien pretendiese mancillar mi nombre por éso, decidle que yo soy la Bandera Nacional”.
En El Cercado, nuestro patriota fue traicionado y hecho prisionero. Sánchez, fue sometido a juicio y condenado a muerte. Cuando un sacerdote le asistió en los consejos religiosos le dijo: “Diga a los dominicanos que muero con la patria y por la patria, y a mi familia que no quiera vengar mi muerte”.
El día 4 de julio de 1861, Sánchez y sus compañeros caían abatidos bajo las balas disparadas por los traidores de la patria.
Sus restos reposan en el Mausoleo del Altar de la Patria junto a los de Juan Pablo Duarte y a los de Matías Ramón Mella.
Lucho hasta que murio por su pais Republica Dominicana se merece tambien mucho respeto.
Rep. Dominicana
Rep. Dominicana
Partido Revolucionario Dominicano. Fundado en 1939, alcanzó el poder por primera vez en las elecciones de 1962, proceso democrático interrumpido por un golpe de estado y subsiguientes hechos que desencadenaron la guerra civil de 1965. Luego de eso, el PRD comenzó a desvirtuarse de sus raíces democráticas, hasta el punto de que su fundador, el profesor Juan Bosch, salió de la organización, indignado. Desde ese entonces, el PRD no es necesariamente un partido, sino más bien una coalición de tendencias con intereses políticos y económicos particulares, agrupadas bajo un sólo nombre.
Las características que más resaltan en un miembro cualquiera del PRD son su ignorancia, incapacidad, voracidad por el poder a como dé lugar, tendencia al populismo y a la demagogia, servilismo y afán de protagonismo inmerecido. Todo militante del PRD cree que tiene cualidades de líder. El único motivo por el que alguien milita en el PRD es buscar el poder y beneficiarse de él, el servicio al país es sólo una excusa. Por eso es frecuente la actitud servil hacia líderes superiores y la imitación en los discursos del estilo de hablar de figuras históricas del partido, como el Dr. José Francisco Peña Gómez. Desarrollan una oposición feroz y medalaganaria, hasta el punto de lo ilógico, sin embargo al llegar al poder ejercen lo mismo de lo que se han quejado, llegándose a escuchar de labios de un perredeísta "el poder es para usarlo" y "mejor arriba con presión que abajo con depresión". Una vez enquistado en el poder, el perredeísta busca mantenerse en él a como dé lugar, por ejemplo, forzando legislaciones al vapor. El perredeísta con cargo tiende a cometer actos de corrupción, abuso de poder y nepotismo abiertamente, bajo la pretendida excusa de que ha ganado "sus" elecciones y el "perdedor" debe callarse o no tiene "calidad moral" para juzgarlo. Cuando a uno de sus miembros con más luces se le ocurre una palabra más o menos inteligente que articule su discurso de turno, automáticamente todos los demás perredeístas empiezan a usarla como coletilla en todas sus declaraciones, copiando como monos y demostrando una grave falta de cultura y opinión propia. Tales son los ejemplos de los términos "anillo palaciego" en 1996, "oligarquía" en el 2000, y "dictadura de partido" y "presidente títere" en el 2012. El perredeísta también se aprovecha de la corrupción de otros partidos para apostar a que el pueblo se olvide de que él es igual o más corrupto que los que critica.
El que no tiene memoria vota por el PRD
Rep. Dominicana
Venezuela
La palabra respeto envuelve una acción humana de convivencia que determina la aceptación de los derechos y deberes del ser humano en su interacción dentro de la sociedad. La palabras que se derivan de ello, respeta, respetemos, respetamos etc, aplica no solo una acción psíquica que determina una posición hacia alguien en su acción o en su condición, sino que toma en cuenta las limitaciones de acción que tiene el individuo frente a lo que se ejerce dicha acción. Para aclarar un poco mas éste panorama que parece un poco confuso, traigo a colación una mala utilización de esta palabra o acción. En el Metro de Caracas entre los mensajes que dan los operadores, se escucha el siguiente mensaje “ Respeta las normas.........” Una norma se acata o no se acata, las leyes se acatan o no se acatan, se tergiversan o se omiten, pero considero que no se irrespeta, a quien se irrespeta al no acatar las normas, es al resto de los usuarios, porque la norma determina el comportamiento humano que debe prevalecer dentro de las instalaciones del Metro de Caracas o de donde se establezcan las normas para poder interactuar con el resto de los usuarios o receptores de las normas. Normalmente, las leyes o normas anticipan un comportamiento humano negativo, a las características del núcleo social donde se aplica, por ejemplo: difícilmente un perro dejaría de entrar frente a un cartel que diga no se admiten animales, un pájaro volaría a su antojo, pero sería reprendido un ser humano que trate de entrar con lo que se considere sea un animal. También se escucha en materia legal y de transito ( exclusiva para los seres humano) “ Respeta la leyes” ¿Cómo se irrespeta una ley?, ¿se ofende o se denigra una ley ? simplemente se desacata, se omite, o se tergiversa, por que dificulto que la letra escrita (Ley) se ofenda si le digo una grosería, cosa distinta que ocurriría si yo le digo una grosería a usted, u ofendo a su familia, ese comportamiento si es considerado un irrespeto, a su integridad como individuo que se desenvuelve en una sociedad. En conclusión podemos decir, que El Respeto es la conducta que asumen los seres humanos frente a las limitaciones que provee los derechos y deberes en su actividad frente a la sociedad donde se desenvuelven. Parmenidez Alvarez.
Se escucha en materia legal y de transito ( exclusiva para los seres humano) “ Respeta la leyes” ¿Cómo se irrespeta una ley?, ¿se ofende o se denigra una ley ? simplemente se desacata, se omite, o se tergiversa, por que dificulto que la letra escrita (Ley) se ofenda si le digo una grosería, cosa distinta que ocurriría si yo le digo una grosería a usted, u ofendo a su familia, ese comportamiento si es considerado un irrespeto, a su integridad como individuo que se desenvuelve en una sociedad.
Venezuela
Rep. Dominicana
Avelino Figueroa, intérprete de Hip-Hop que se ha autodenominado "el papá del rap dominicano" aunque el hip-hop en RD existe desde los años ochenta. Su popularidad es alta entre el público infantil y juvenil quisqueyano.
La estrategia del Lápiz es venderse como un "rebelde" para captar los instintos de la niñez y juventud de las clases populares dominicanas, y recurrir a la división social para hacer ver a los artistas con más formación musical que él como supuestos "enemigos" del pueblo, que a su juicio no merecen el apoyo del público porque "no son de barrio". Esto sucede por ejemplo cuando ataca a Vladimir Dotel y principalmente cuando se refiere a Juan Luis Guerra, a quien de vez en cuando menciona despectivamente en redes sociales, porque cree que es un "blanquito rico que no salió de un barrio" (cuando en realidad JLG se crió en Ciudad Nueva). Su desprecio a artistas con formación musical proviene indudablemente de un sentimiento de envidia, que compensa con su éxito, del cual se jacta constantemente pues lo entiende como una "venganza" de clase.
Además de este profundo resentimiento (que no siempre logra ocultar) hacia artistas establecidos y consagrados, se refleja su inmenso orgullo y pedantería, y sus ansias de atención, al exigir premios como los Casandra-Soberano aún cuando no existía una categoría para la música urbana. En esa ocasión no se le dio ningún galardón, y naturalmente se dedicó a desacreditar a Acroarte. Así mismo hace con todo el que no le gusta su estilo de música, lo que nos trae de nuevo el tema de la "venganza" y la búsqueda de la humillación del contrario (comprobable en una de sus canciones donde dice que los que antes no lo apoyaron ahora son sus fans). El Lápiz busca constantemente que lo aclamen y lo reconozcan, y cuando no lo consigue, recurre a decir que le tienen "envidia" y le aflora el resentimiento.
El contenido de sus temas se refiere en su inmensa mayoría a vicios juveniles dominicanos: sexo desenfrenado, alcoholismo, consumo de marihuana, y también suele grabar "tiraderas" llenas de insultos a otros raperos y cantantes de otros géneros. Ante las protestas por el estilo de sus letras, suele escudarse con temas románticos y otros de contenido "social" que no son más que pretextos, pues los problemas derivados de la corrupción administrativa en la RD son reales, pero no tienen nada que ver para justificar que un sujeto esté incitando a los niños a fumar marihuana y tener sexo irresponsable.
Finalmente, sus fans son uno de los grupos más agresivos e hipersensibles que existen en la música dominicana. Se recuerda una discusión que el Lápiz tuvo con el presentador Roverto Cavada sobre una foto controversial que el rapero publicó, donde aparecían niños simulando tomar alcohol. A seguidas sus fans rellenaron el Twitter de Cavada con insultos por todos lados, incluso en los mensajes de felicitaciones por festividades. El comportamiento de los fans del Lápiz es salvaje, irrespetuoso, ciego, indiscriminado, y harán todo lo posible por desacreditar a cualquiera que alce el más mínimo cuestionamiento a su ídolo, sin siquiera analizar lo que han expresado. A veces alguien habla bien del Lápiz, pero con palabras que sus fans no llegan a comprender bien, y alguno de ellos lo interpreta como una ofensa y responde con una retahila de insultos. La fanaticada del Lápiz Conciente en las redes sociales representa el lado más fanático e irracional de la juventud y niñez dominicana.
A las menores les doy pila de mañe
Que yo fumo yerba para nadie es un misterio
Rep. Dominicana
México
¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.
Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.
En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.
Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.
El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.
Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.
La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).
El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.
La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.
Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad
México
México
¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.
En la Anarquía del lenguaje en la América española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere o, significativamente, piquete al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.
Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado es un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burlado, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas esas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.
En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios, en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó". Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: "hizo una chingadera".
La idea de romper y de abrir reaparece en casi todas las expresiones. La voz está teñida de sexualidad, pero no es sinónima del acto sexual; se puede chingar a una mujer sin poseerla. Y cuando se alude al acto sexual, la violación o el engaño le prestan un matiz particular. El que chinga jamás lo hace con el consentimiento de la chingada. En suma, chingar es hacer violencia sobre otro. Es un verbo masculino, activo, cruel: pica, hiere, desgarra, mancha. Y provoca una amarga, resentida satisfacción en el que lo ejecuta.
Lo chingado es lo pasivo, lo inerte y abierto, por oposición a lo que chinga, que es activo, agresivo y cerrado. El chingón es el macho, el que abre. La chingada, la hembra, la pasividad pura, inerme ante el exterior. La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra. La idea de violación rige oscuramente todos los significados. La dialéctica de "lo cerrado" y "lo abierto" se cumple así con precisión casi feroz.
El poder mágico de la palabra se intensifica por su carácter prohibido. Nadie la dice en público. Solamente un exceso de cólera, una emoción o el entusiasmo delirante, justifican su expresión franca. Es una voz que sólo se oye entre hombres, o en las grandes fiestas. Al gritarla, rompemos un velo de pudor, de silencio o de hipocresía. Nos manifestamos tales como somos de verdad. Las malas palabras hierven en nuestro interior, como hierven nuestros sentimientos. Cuando salen, lo hacen brusca, brutalmente, en forma de alarido, de reto, de ofensa. Son proyectiles o cuchillos. Desgarran. Los españoles también abusan de las expresiones fuertes. Frente a ellos el mexicano es singularmente pulcro. Pero mientras los españoles se complacen en la blasfemia y la escatología, nosotros nos especializamos en la crueldad y el sadismo. El español es simple: insulta a Dios porque cree en él. La blasfemia, dice Machado, es una oración al revés. El placer que experimentan muchos españoles, incluso algunos de sus más altos poetas, al aludir a los detritus y mezclar la mierda con lo sagrado se parece un poco al de los niños que juegan con lodo.
Hay, además del resentimiento, el gusto por los contrastes, que ha engendrado el estilo barroco y el dramatismo de la gran pintura española. Sólo un español puede hablar con autoridad de Onán y Don Juan. En las expresiones mexicanas, por el contrario, no se advierte la dualidad española simbolizada por la oposición de lo real y lo ideal, los místicos y los pícaros, el Quevedo fúnebre y el escatológico, sino la dicotomía entre lo cerrado y lo abierto. El verbo chingar indica el triunfo de lo cerrado, del macho, del fuerte, sobre lo abierto.
La palabra chingar, con todas estas múltiples significaciones, define gran parte de nuestra vida y califica nuestras relaciones con el resto de nuestros amigos y compatriotas. Para el mexicano la vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas. El servilismo ante los poderosos especialmente entre la casta de los "políticos", esto es, de los profesionales de los negocios públicos es una de las deplorables consecuencias de esta situación. Otra, no menos degradante, es la adhesión a las personas y no a los principios. Con frecuencia nuestros políticos confunden los negocios públicos con los privados. No importa. Su riqueza o su influencia en la administración les permite sostener una mesnada que el pueblo llama, muy atinadamente, de "lambiscones" (de lamer).
El verbo chingar maligno, ágil y juguetón como un animal de presa engendra muchas expresiones que hacen de nuestro mundo una selva: hay tigres en los negocios, águilas en las escuelas o en los presidios, leones con los amigos. El soborno se llama "morder". Los burócratas roen sus huesos (los empleos públicos). Y en un mundo de chingones, de relaciones duras, presididas por la violencia y el recelo, en el que nadie se abre ni se raja y todos quieren chingar, las ideas y el trabajo cuentan poco. Lo único que vale es la hombría, el valor personal, capaz de imponerse.
La voz tiene además otro significado, más restringido. Cuando decimos "vete a la Chingada", enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota. La Chingada, a fuerza de uso, de significaciones contrarias y del roce de labios coléricos o entusiasmados, acaba por gastarse, agotar sus contenidos y desaparecer. Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.
Octavio Paz - Octavio Paz
De El laberinto de la soledad
DENOTANDO FRAUDE - Me chingaron
ROBO - Me (la/lo) chingaron
IGNORANCIA - Sepa la chingada
AMENAZA - Te voy a chingar
PRESUMIR - Soy el más chingón
DISTANCIA - Hasta la chingada
DESPRECIO - Vales para pura chingada
CELOS - Con quién chingados estabas?
INCONFORMIDAD - Son chingaderas!! Ya ni la chingan...
PETICION - Vete a la chingada
CALIFICATIVO - Chingaquedito
HOSTILIDAD - Y tú quién chingados eres??
FRUSTRACION - Ah que bien chingas!!!
TERMINAL - Ese ya chingó a su madre
INCERTIDUMBRE - Y no nos irán a chingar??
ORDEN- chingatelo
CERTEZA - Ya nos chingaron
ADVERTENCIA - Síguele y te va a cargar la chingada
INCOMPETENCIA - No sé que chingados hacer.
DISCRECION - Chingao
ENOJO - Que vaya y rechingue a su madre
COMPASION - Que fea chinga le metieron
TRIUNFALISMO - Ya chingué
DERROTISMO - Me chingué
HUMORISMO - Está bien que chingues pero... a tu madre la respetas!!!
DESPEDIDA - Vámonos a la chingada
CHISME - ¿Supiste a quién se chingaron ayer??
ADMIRACION - Tá chingón!!!!
ANTIMODERNISTA - Que chinguita con los celulares
INCREDULIDAD - Ah!! chingá, chingá, chingá!....
ABURRIMIENTO - Pos ah, que la chingada
DENOTANDO UN ERROR - Está de la chingada
México